Entre el riesgo y la tentación. Experiencias de un periodista
Tipo de material: TextoIdioma: Español Detalles de publicación: Caracas, Venezuela Centauro 1983Descripción: 212Tema(s): Resumen: Cuando el periodista no es capaz de responder a sus principios con dignidad y firmeza, sobrevendrá como consecuencia inevitable el falseamiento de los hechos en beneficio de terceros que pagan. La presentación de textos publicitarios como material legítimo de lectura, los silencios y omisiones cómplices, la extorción, el palangre deben ser consideradas traiciones a los lectores y de fraude a la colectividad. El periodista venezolano es un militante político, ardoroso que defiende con convicciones sus posiciones, no obstante ha sabido conservar su unidad. En ella reside su fuerza y debe cuidarla y cultivarla porque constituye la herramienta con que ha de cumplir las tareas históricas que todavía son realidades vigentes, a las que se agregran las que aportan la cultura y la ciencia mundial, dentro de su impetuoso desarrollo. Tales son en su campo las nuevas tecnologías, preñadas de consencuencias sociales y humanas, ante las cuales el trabajador de la información no puede presentarse inerme. En este texto no se leerán hazañas, ausentes del quehacer periodístico durante el tiempo que se dedica a la profesión. Sin ignorar esfuerzos como el de Germán Carías al hacerse pasar por delicuente y penetrar en las tétricas colonias de El Dorado y el no del todo exitiso de Oscar Yanes en Vietnam, pensamos que los méritos de los comunicadores venezolanos debe hallarse en su fidelidad a la causa democrática, y a su empeño indoblegable de defender su derecho a informar sin cortapizas, a costa de su libertad y en particular los reporteros gráficos. Son 50 años de actividad profesional llevada a cabo por Luis Evaristo Ramírez, de manera intacta y limpia.Cuando el periodista no es capaz de responder a sus principios con dignidad y firmeza, sobrevendrá como consecuencia inevitable el falseamiento de los hechos en beneficio de terceros que pagan. La presentación de textos publicitarios como material legítimo de lectura, los silencios y omisiones cómplices, la extorción, el palangre deben ser consideradas traiciones a los lectores y de fraude a la colectividad. El periodista venezolano es un militante político, ardoroso que defiende con convicciones sus posiciones, no obstante ha sabido conservar su unidad. En ella reside su fuerza y debe cuidarla y cultivarla porque constituye la herramienta con que ha de cumplir las tareas históricas que todavía son realidades vigentes, a las que se agregran las que aportan la cultura y la ciencia mundial, dentro de su impetuoso desarrollo. Tales son en su campo las nuevas tecnologías, preñadas de consencuencias sociales y humanas, ante las cuales el trabajador de la información no puede presentarse inerme. En este texto no se leerán hazañas, ausentes del quehacer periodístico durante el tiempo que se dedica a la profesión. Sin ignorar esfuerzos como el de Germán Carías al hacerse pasar por delicuente y penetrar en las tétricas colonias de El Dorado y el no del todo exitiso de Oscar Yanes en Vietnam, pensamos que los méritos de los comunicadores venezolanos debe hallarse en su fidelidad a la causa democrática, y a su empeño indoblegable de defender su derecho a informar sin cortapizas, a costa de su libertad y en particular los reporteros gráficos. Son 50 años de actividad profesional llevada a cabo por Luis Evaristo Ramírez, de manera intacta y limpia.
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