200 horas en la oscuridad : crónicas de cine

Contiene un total de 122 crónicas de películas cinematográficas proyectadas en Caracas entre 1965 y 1974, entre las cuales sólo figura una venezolana: Cuando quiero llorar no lloro , dirigida por Mauricio Walerstein en 1978. No se indican fuentes. Este conjunto de crónicas responde a las circunstancias de la tarea periodística, de allí que no forman conjunto alguno. La mayor parte ellas fueron publicadas en una primera oportunidad en dos revistas venezolanas de distante duración e intereses: Cine al Día (especializada)y Summa (de divulgación política y cultural). A lo largo de la introducción, el autor insiste en esa cualidad innata del cine: la oscuridad, y expresa que allí reside buena parte de su atractivo. La oscuridad de la sala de proyecciones imita y transgrede entonces el mito de la caverna platónica. Es del encuentro con ese mundo de imágenes, de luz y sombra de donde surge esta serie de crónicas cinematográficas. Igualmente, critica al cine venezolano y su desventaja con respecto a la televisión y a la incipiente tradición teatral del país.